Guadalupe

Trujillo

La joya medieval de Extremadura

En el corazón de Extremadura, entre llanuras doradas y cielos infinitos, Trujillo se alza como un sueño medieval tallado en granito. Tierra de conquistadores, castillos y palacios que narran hazañas de un pasado glorioso, esta ciudad es un susurro de España antigua, donde cada piedra guarda el eco de espadas, el vuelo de las cigüeñas y del cernícalo primilla.

El Castillo, vigía imponente desde el siglo X, se corona como un guardián eterno de la Ciudad Medieval,
laberinto de callejuelas empedradas, donde iglesias como Santa María la Mayor revela un retablo flamenco de Fernando Gallego.
Palacios y casas fuertes que defienden sus puertas de acceso y parte de las murallas.

La Plaza Mayor, el alma de Trujillo late con fuerza. Rodeada de arcadas renacentistas y palacios blasonados, aquí la estatua ecuestre de Francisco Pizarro —el hijo ilustre que conquistó Perú— parece galopar hacia el Nuevo Mundo, mientras las fachadas de la Casa de las Cadenas o el Palacio de los Marqueses de la Conquista despliegan escudos labrados con orgullo. Al caer la tarde, la luz dorada baña la plaza, y las terrazas se llenan de gente, tapas de ibéricos, carnes de retinto, migas...

El domingo de Pascua la fiesta del Chíviri inunda la plaza mayor de gente vestida con trajes tradicionales, mujeres con mantones bordados y preciosos refajos y hombres con chaleco y camisa, todos bailando al ritmo de canciones populares.

Dado el buen estado de su patrimonio, Trujillo ha sido en multitud de ocasiones decorado de cine, series y películas. Desde el Tulipán Negro de los años sesenta, la Familia de Pascual Duarte, la Celestina, la Marrana, la Lozana Andaluza, hasta 1492: la Conquista del Paraíso. Series como Inés del alma mía, Hernán Cortés, Juego de Tronos y la Casa del Dragón.

Album de fotos de Trujillo Album Foto Google

Sitios de interés
La Iglesia de Santa María la Mayor de Trujillo es un tesoro arquitectónico que nos transporta a través del tiempo. Construida en el siglo XIII sobre una antigua mezquita fue reconstruida y ampliada en los siglos XV y XVI, lo que le da su aspecto actual. La torre, con su campanario que domina el horizonte de Trujillo, es un símbolo de la ciudad y un punto de referencia para los viajeros. En el templo se fusionan el románico tardío y el gótico.
Al pasear por sus tres naves, te verás envuelto en un ambiente de solemnidad y belleza. El retablo mayor, obra del prestigioso Fernando Gallego en 1480, se compone de 25 tablas pintadas en estilo flamenco hispano, trata sobre la vida de la virgen María, en la parte inferior se narra la pasión y la gloria de Cristo, en los laterales se dedican a los evangelistas y a dos "padres de la iglesia". Las pinturas están sobre un mueble de estilo gótico florido.
La iglesia tiene dos torres, la torre románica llamada Torre Julia, a la que se puede acceder hasta lo más alto para disfrutar de impresionantes vistas, la otra es la torre nueva, del renacimiento extremeño.
La Iglesia de Santa María la Mayor es un lugar de encuentro y oración, un espacio donde la historia y la fe se entrelazan. Ya sea que seas un amante del arte, un peregrino en busca de paz o simplemente un curioso explorador, esta iglesia te recibirá con los brazos abiertos y te revelará sus secretos más preciados.
El Parador de Trujillo es un lugar mágico donde el tiempo se detiene y la historia cobra vida. Este majestuoso edificio, construido en el siglo XVI fue el convento franciscano de Santa Clara, es ahora un remanso de paz y lujo en el corazón de la ciudad.
Los dos grandes claustros ofrecen un espacio interior al aire libre que ilumina las estancias, preservando la intimidad del convento.
Las habitaciones, espaciosas y luminosas, combinan el encanto del pasado con las comodidades del presente. Algunas de ellas ofrecen vistas impresionantes de la ciudad y sus alrededores.
El Parador de Trujillo es un lugar ideal para relajarse y disfrutar de la gastronomía local. Su restaurante, ubicado en el antiguo refectorio del convento, ofrece una amplia variedad de platos elaborados con productos frescos y de temporada.
Además de su belleza y su historia, el Parador de Trujillo es un punto de partida perfecto para explorar la ciudad y sus alrededores.
Más información: http://www.paradordetrujillo.com
La Villa Medieval de Trujillo conserva algunas de las puertas de acceso como es el arco o puerta de La Coria, defendida por el Convento de la Coria o San Francisco el Real.
La puerta o arco de San Andrés o Vera Cruz, blindada por la Casa de los Escobar.
La puerta o arco de Santiago, defendida por el Alcázar Luis de Chaves y custodiada también por la Iglesia de Santiago, también se la llamaba Puerta del Sol o de los Enamorados.
La puerta o arco del Triunfo o Poniente o de Fernán Ruiz, defendida por el Alcázar de los Bejarano a un lado y al otro la muralla que conduce al espolón.
Al lado de la plazuela de los Naranjos se encuentra el Palacio Chaves Calderón diseñado y construido por Francisco Becerra que tiene una singularidad, puerta y ventana de esquina.
Soporta la carga de la esquina de las calles en dos vanos con arcos ojivales, dos columnas flanquean el balcón que a su vez soportan el frontón. Becerra fusionó los estilos gótico y el renacimiento.
Muy cerca se encuentra otra maravilla oculta de la ciudad: el aljibe árabe del siglo X, se encuentra en la plazuela de Altamirano, con tres naves sobre arcos, cubiertos con tres bóvedas de medio cañón, los materiales usados son: sillares de granito, mampostería y argamasa.
Otros monumentos históricos son el Hospital de la concepción, en la plazuela de los Descalzos, el Palacio de Lorenzana, sede de la Academia de Extremadura, la Iglesia de San Andrés y Santiago.
El Berrocal de Trujillo

El Berrocal de Trujillo es un paisaje de rocas de granito, moldeadas por el viento y el agua a lo largo de miles de años, es un espectáculo natural que te dejará sin aliento.
Al adentrarte en el Berrocal, te sentirás como un explorador descubriendo un territorio desconocido. En sus grietas y fisuras, encontrarás una gran variedad de plantas y animales que han sabido adaptarse a este entorno hostil. Si eres un amante de la naturaleza, no te olvides de llevar tus prismáticos para observar las aves que habitan en este lugar.
Además de su belleza natural, el Berrocal de Trujillo tiene un gran valor cultural. En sus rocas, encontrarás grabados y pinturas rupestres que nos hablan de los primeros pobladores de esta tierra.
El Berrocal es un lugar único en el mundo que te invita a la aventura y a la contemplación. No te pierdas la oportunidad de descubrir este tesoro escondido de la naturaleza.

Queserías
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